Monday, July 21, 2014

El arte de callar

Hay días cuando la pluma no fluye: se niega a escribir. No quiere escribir lo que torpemente le dicto. Hace bien. Debo agradecerle su rebeldía porque lo hace por mi bien, porque sabe, mejor que yo, lo que me conviene: callar. Le hago caso: dejo, entonces, pluma y libreta sobre la mesa de escribir y salgo a caminar por el barrio, a sudar venenos.

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